El Evangelio
Un
extracto de la epístola a los Romanos
Porque de él, y por él, y para él, son
todas las cosas. A él sea la
gloria por los siglos. Amén.1
La ira de Dios se revela desde el cielo
contra toda impiedad e
injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad2;
Pues
habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron
gracias sino que3 cambiaron la verdad de Dios
por la mentira, honrando
y dando culto a las criaturas antes que al Creador.4
Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente
reprobada, para hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda
injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de
envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; murmuradores,
detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos,
inventores de males, desobedientes a los padres, necios, desleales, sin
afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo
entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son
dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con
los que las practican.5 Todos se desviaron, a
una se hicieron inútiles;
No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno6;
por cuanto todos
pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.7
No hay temor de
Dios delante de sus ojos.8
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre9.
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti
mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de
Dios.10 ¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de
este cuerpo de muerte?11
Porque la paga del pecado es muerte…12
Mas
Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los
impíos. Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo,
pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su
amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por
nosotros.13
Al que no obra, sino cree en aquel
que justifica al impío,
su fe le es contada por justicia.14
Bienaventurados aquellos cuyas
iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos.15
Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús.16
El
que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos
nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?17
Por lo cual estoy seguro de que ni la
muerte, ni la vida, ni ángeles,
ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo
alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del
amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.18
Gracias doy a Dios, por Jesucristo
Señor nuestro.19
1 Romanos 11.36 2 1.18 3
1.21 4 1.25 5 1.28-32 6
3.12 7 3.23 8 3.18 9
2.1 10 2.5 11 7.24 12
6.23 13 5.6-8 14 4.5 15
4.7 16 8.1 17 8.32 18
8.38-39 19 7.25